A Héctor Oscar J. lo secuestraron el 25 de marzo de 1975, en pleno centro. Se lo llevaron a las 21.30, de la esquina de Córdoba y Monteagudo, esposado y con los ojos vendados y lo llevaron a un lugar que, según su descripción, coincide con el Arsenal Miguel de Azcuénaga, sobre la ruta 9. Allí lo picanearon y lo golpearon, mientras le hacían preguntas sobre movimientos subversivos de Tucumán.
Hoy declara en el juicio que se sigue por los delitos de torturas, secuestro, violaciones, y otros crímenes de lesa humanidad, en la Jefatura de Policía y en la Compañía de Arsenales Miguel de Azcuénaga, conocido como Megacausa Jefatura II-Arsenales II. Su madre y su esposa también fueron secuestradas.
Había sido empleado del bloque justicialista de la Cámara de Diputados de Tucumán y el golpe de Estado lo dejó desempleado. En el Arsenal con Damián Márquez, que continúa desaparecido. También que vio al médico Alberto Augier, quien le contó que había estado enterrado en un pozo. También que supo que Anabel y Luis Antonio Cantos Carrascosa estaban en el mismo lugar de cautiverio.
Fue liberado a los 34 días de cautiverio, en las cercanías de la localidad de Los Nogales. A causa de las torturas recibidas quedó con secuelas en su salud.
En el juicio que se lleva adelante en el Tribunal Oral Federal de Tucumán están imputadas 41 personas, entre ex militares, ex gendarmes, ex policías y civiles. También hay un sacerdote imputado.